La importancia de la empatía. 

LA EMPATÍA:

En este artículo vamos a hablar sobre la empatía y cómo podéis trabajar y ayudar a los más pequeños de la casa.

Pero antes vamos a preguntarnos, ¿qué es la empatía?. Y si nosotros mismos somos empáticos. ¿Y si no lo somos?. ¿Qué podemos hacer para solucionarlo?. 

Ya que nos será mucho más fácil a la hora de enseñárselo a los peques porque, en el ejemplo está la mejor lección.

¿QUÉ ES LA EMPATÍA?

Viene del griego ἐμπαθής o empátheia (sentir dentro afecto – emocionado).

Ya Aristóteles y otros filósofos griegos hablaban sobre la empatía, aunque no fue hasta 1909 que el término empathy fue acuñado en lengua inglesa por Edward B. Titchener.

Es la quinta habilidad de la inteligencia emocional, la que nos permite percibir los sentimientos de las personas y hacer que se sientan mejor.

La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar del otro y saber lo que siente o incluso lo que puede estar pensando.

Las personas con una mayor capacidad de empatía son las que mejor saben interpretar las necesidades o sentimientos de la otra persona. Son capaces de captar una gran cantidad de información sobre la otra persona a partir de su lenguaje no verbal, sus palabras, el tono de su voz, su postura, su expresión facial, etc.

De esa información, pueden saber lo que está pasando dentro de ellas, lo que están sintiendo. Además, dado que los sentimientos y emociones son a menudo un reflejo del pensamiento, son capaces de deducir también lo que esa persona puede estar pensando.

 

TIPOS DE EMPATÍA:

La Empatía Emocional: Es la base de la compenetración y de la química, es sentir a la otra persona, hacerle ver que nos hacemos cargo de su situación.

 

La preocupación empática: Las personas con ésta empatía, sienten la preocupación, notan que los demás necesitan ayuda y se la ofrecen incondicional y espontáneamente.

 

La Empatía Cognitiva: Es la que se percibe cuando uno ve cómo son las cosas que ocurren y adopta la perspectiva del otro. Un ejemplo de ésta líder .

Ahora que ya sabemos un poquito más de lo que es la empatía, vamos a ver cómo podemos ayudar a los más peques de la casa a identificarla. Y lo más importante, a inculcarles lo importante de ser empático.

 

Cómo enseñar empatía a los peques de la casa. 

Lo primero a tener en cuenta es que los adultos cercanos al niño (padres, abuelos, tíos, familiares, maestros, …) son piezas fundamentales para potenciar, ya que son con quienes establece sus primeras relaciones y vínculos afectivos.

De ellos aprende de forma directa, imita los ejemplos que observa y va construyendo su forma de relacionarse tanto con los demás como consigo mismo.

Trabaja tu propia empatía, el ejemplo es lo que se transmite de forma más directa.

Explícale al niño, con palabras sencillas, qué es la empatía, por qué es importante aprender a desarrollarla, incluso puedes realizar juegos adaptados a su edad.

Felicítale y siéntete orgulloso de él cada vez que muestre una actitud empática.

Procura hacerle ver al niño los diferentes puntos de vista posibles ante una misma situación, intenta dar razones y explicar los comportamientos ajenos que el pequeño no comprenda.

Escúchale y enséñale a escuchar. Dedica tiempo a conversar con él, sin hacer otra cosa simultáneamente, para prestarle toda la atención que se merece (un momento muy bueno es la hora de las comidas, alrededor de la mesa, compartiendo el mismo espacio, hablando del día, de los logros,inquietudes, etc). 

Expresa tus emociones y pensamientos, que vea que confías en él y anímale a que haga lo mismo, mostrándole, ante todo, aceptación y comprensión (que sienta que su opinión también cuenta). 

Cuando estéis en la calle, juega con él a reconocer las emociones de la gente según lo que transmite su rostro. También puedes jugar a silenciar una película y adivinar qué están pensando o sintiendo los protagonistas, según sus gestos y expresiones.

Puedes utilizar cuentos y metáforas para trabajar con las emociones aprendiendo a identificarlas y comprenderlas.

El juego y la diversión es una buena forma de entrenar la capacidad de ponerse en el lugar de los otros.

 

Tips que puedes utilizar para enseñarle a tu hijo cómo mejorar su empatía con los demás. 

  • Trata a tu hijo como a un ser independiente. Se ha confirmado que cuando a los niños se les educa y se les trata teniendo en cuenta que ellos tienen pensamientos propios, creamos adultos capaces de ponerse en el lugar de los demás. Siempre es bueno que hables con tu hijo sobre su estado emocional, qué desea, sus necesidades, anhelos, miedos, etc.
  • Aprovecha cualquier oportunidad para inducirlo a que sea comprensivo con los demás, poniéndole ejemplos simples cotidianos.
  • Es muy importante evitar caer en estereotipos o creencias que son erróneas.
  • Ayuda a tu hijo a ver qué cosas tiene en común con otras personas. Experimentos recientes sugieren que los niños sienten más empatía por aquellos individuos que le son familiares o similares a él.
  • Acércate a tu hijo y preocúpate por sus necesidades. Cuando los niños sienten que sus necesidades se toman en cuenta en su hogar,  entonces tienen más posibilidades de sentir empatía hacia los demás.

 

¿Por qué es importante desarrollar la empatía desde la infancia?

La persona empática tiene unos comportamientos más conscientes y adaptados, porque valora no sólo su percepción, sino también la de los demás.

Por ello, tener una elevada empatía permite comunicarse y relacionarse mejor con el entorno.

Las personas empáticas están mejor adaptadas emocionalmente y manejan adecuadamente las emociones propias y ajenas.

Un niño cuyos padres y maestros fomentan su empatía desde pequeños,  van por el camino de convertirse en unos adultos más comprensivos y sociables.

Los niños empáticos son menos agresivos, más comunicativos y más capaces de expresar sus sentimientos. Además, la madurez que les aporta la empatía les ayuda a crecer más seguros de ellos mismos y con una autoestima más fuerte y estable.

Hasta los siete años el cerebro de los niños establece las conexiones  celulares a un ritmo rapidísimo. Todas las experiencias que adquiera durante estos primeros años determinarán su capacidad de enfrentarse a las situaciones vitales.
A partir de los lazos y vínculos emocionales que se van tejiendo en la familia y de los intercambios que tienen lugar desde el nacimiento, se va transmitiendo y desarrollando la competencia de la empatía.
Nuestra forma de escuchar a nuestros hijos, de jugar con ellos, de reconfortarles y de tratarlos, influirá en su forma de relacionarse con los otros, de afrontar los problemas y de gestionar sus emociones. Si nosotros somos empáticos con ellos, favoreceremos que ellos sean empáticos con los demás.

De ahí,  la importancia de el ejemplo como base de la educación,  ya que los padres son ejemplo a seguir de sus hijos.

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